Ya a principios del XIX existían unas salinas en el Mar Menor, en la bocamanga. Se trataba de una explotación artesanal de solamente tres balsas. A mitad de siglo, las salinas pasaron a manos privadas. La primera referencia es de 1867, de la Compañía Salinera de Barcelona. "Coincidiendo con la construcción del faro de Cabo de Palos, en la zona administrada por Cartagena, se construye en 1868 la encañizada de Marchamalo, pero no se dispone de información sobre si mantiene una actividad continuada en la pesquería hasta la década de 1920-1930, en el que Pérez Rubín confirma que hay en explotación tres encañizadas de propiedad particular: Estacio, Marchamalo y El Charco, y dos de propiedad pública, adscritas al Ministerio de Marina: La Torre y Ventorrillo". Ya en el siglo XX, entre 1926 y 1929 se ven 15 balsas, siendo a manos de José Altimir de Salinera Catalana la construcción de 12 balsas. En 1931 esta misma empresa lleva a cabo el proyecto definitivo de las 79 balsas. Tra
Historias de un republicano