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La quinta columna: La guerra clandestina tras las líneas republicanas 1936-1939

Ochenta años después del final de la Guerra Civil española, la actuación de la Quinta Columna franquista tras las líneas republicanas sigue siendo todavía una de los aspectos más desconocidos de la contienda. A través de diferentes organizaciones clandestinas, cientos de hombres y mujeres llevaron una doble vida para infiltrarse, obtener información del enemigo y preparar evasiones hacia la zona franquista. Eran, en su mayoría, personas anónimas cuyas acciones nunca fueron dadas a conocer por las autoridades, pero que lograron cambiar una parte de la Historia de esta guerra. Por primera vez, todas estas extraordinarias historias de «emboscados» en territorio republicano llegan a los lectores en un relato riguroso y vibrante que reconstruye la otra guerra que se libró en España entre 1936 y 1939; la guerra secreta en territorio enemigo.

Infiltración del quintacolumnismo y espionaje en el orden público y seguridad republicanas

Javier Cervera Gil La Guerra Civil Española fue un conflicto que se ganó en la retaguardia. En la España republicana tuvo mucho importancia la quinta columna: aquellos que permanecieron en ese lado, eran partidarios de Franco y decidieron actuar clandestinamente contra la República. Para combatir esa quinta columna estaban las fuerzas de orden público y seguridad… pero dentro de ellas también había mucha quinta columna. El poder republicano no supo limpiar de traidores sus fuerzas de seguridad. Fue otra de las razones de su derrota final. Este artículo analiza la actuación de la quinta columna en los cuerpos de seguridad republicano, su organización y su importancia en el desenlace final de la Guerra. 1. Introducción 2. Verano de 1936: Los guardias civiles, guardias de asalto y carabineros toman posición… o, más bien, no 3. Presencia de la quinta columna en las fuerzas de orden público y seguridad 4. Diversos ámbitos y espacios de actividad emboscada en las fuerzas de orden público de

La delación durante la Guerra Civil y el franquismo

-Los delatores, denunciando a compañeros, vecinos o familiares, ligaban su futuro a la suerte del régimen -Poco importaba que la denuncia fuera falsa, el delator nada pagaba por ello, si acaso un cierto desprestigio motivado por el incordio que suponía la apertura e instrucción de expedientes que no conducían a ninguna parte -La delación también es un regulador de poder social, el despojo de puestos de trabajo y empleos públicos es la compensación que esperaban recibir -Los celos y envidias profesionales ligadas al desarrollo de una carrera profesional, están detrás de la delación que proporcionan los datos del pliego de cargos -La situación de impunidad respecto a las falsas denuncias era un atractivo para que la delación funcionase como una práctica que garantizaba el saqueo de plazas de trabajos de funcionario sin tener que pagar nada a cambio -El delator- falso o no- podía ocultar la vileza de su acción bajo la cobertura justificativa de una cultura bélica que alimentaba la sospech