1932 y 1933 fueron los grandes años de la expansión de la cultura y el pensamiento republicanos en Cartagena.
En 1933, Carmen Conde y Antonio Oliver, responsables de la Universidad Popular de Cartagena, proponen al Patronato de Misiones Pedagógicas el desarrollo de una misión en Cabo de Palos, Fuente Álamo y Zarcilla de Ramos. Para tal misión llaman a su amigo Miguel Hernández, quien se traslada de inmediato y colabora activamente. "Ciudad de mar ligero y campo rápido", diría el poeta oriolano tras su primera visita a Cabo de Palos, La Unión y Cartagena.
El paseo apacible por el recuerdo de Miguel Hernández, entre las calles modernistas cartageneras, su plácido puerto, los atardeceres minerales de su sierra y el solemne faro del cabo, es una nueva ruta hernandiana inspirada en las visitas del poeta a estas tierras levantinas. En el origen de todo está Gabriel Miró y en el camino no falta la historia de Andrés y María Cegarra, Antonio Oliver y Carmen Conde. (Reseña del libro La huella de Miguel Hernández en Cartagena, La Unión y Cabo de Palos. María Victoria Martín González).
El día 27 de agosto de 1935, Miguel Hernández pronuncia una conferencia en Cartagena, dentro de las Misiones Pedagógicas, y para el día siguiente había programado una excursión a Cabo de Palos junto a su amiga Carmen Conde y su amigo Antonio Oliver.
Allí en Cabo de Palos fue recibido por Ángel Rojas Veiga, quien ya anteriormente había colaborado con la Universidad Popular en la puesta en marcha de la Biblioteca Popular de Cabo de Palos (después sería su presidente), y posteriormente daría un cursillo sobre radio comunicación en la prestigiosa institución republicana.
"La Universidad Popular contó con la colaboración de la Junta Local del Patronato de Turismo que facilitó el traslado de los excursionistas y la reducción del coste del viaje. La expedición fue recibida por el jefe de la Estación de Radiotelegrafía de Cabo de Palos, Ángel Rojas Veiga. La excursión contó con un acompañante de excepción, el poeta Miguel Hernández Giner." (El segundo apellido de Hernández está equivocado. Se llamaba Miguel Hernández Gilabert).