Ir al contenido principal

Pedro Mª Egea Bruno, Premio «Memoria Histórica de la Región de Murcia 2020».

El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia Pedro M.ª Egea Bruno fue distinguido con el premio Memoria Histórica de la Región de Murcia 2020, que concede cada año la Federación de Asociaciones de la Memoria Histórica de la Región de Murcia (FAMH-RM).
El acto de entrega tuvo lugar el 11 de junio de 2021 en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia con la presencia de María Jesús García, representante de la Federación, José Antonio Molina Gómez, vicedecano de Estudios de la Facultad de Letras, y Alejandro García García, profesor de Historia de América de la Universidad de Murcia.



Discurso de Pedro Mª Egea Bruno en el acto de entrega del Premio «Memoria Histórica de la Región de Murcia 2020»

Buenas tardes

Señor vicedecano, amigas, amigos. No voy a cansaros mucho. voy a emplear el tiempo socialmente necesario que diría Carlos Marx.

Voy a empezar dando las gracias a mi familia, a mi mujer y a mi hija, que han compartido esta lucha. A José Antonio, a María Jesús y a Alejandro, por sus palabras.  A la Federación Regional de Memoria Histórica por este premio que tanto significa para mí.

Un premio que quiero reconvertir en homenaje a los hombres y mujeres que lucharon por la libertad. Hombres y Mujeres que nos gritan desde el silencio. Hombres y mujeres con los que tenemos contraída una deuda impagable. Dueños de una dignidad que jamás alcanzará a los vencedores, como diría Mario Benedetti.

Ahí está la respuesta de Julián Besteiro al fiscal del tribunal que lo juzgó cuando le preguntó por el oro de España: “El oro de España –dijo- está en las cunetas, en los cementerios, en las cárceles y en el exilio. Allí está el oro de España”.

Eran lo mejor de España, lo mejor del mundo, como escribía Max Aub en El Campo de los Almendros:

Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.

Me siento reconfortado por este premio que alienta mi larga batalla por la Memoria Histórica. Casi 40 años desde mi libro La represión franquista en Cartagena, que fue el comienzo de una larga serie de amenazas: unas de muerte, otras laborales. Hasta me escribieron las hijas de Bastarreche. Las cuatro hijas de Bastarreche: “Si me quieres escribir ya sabes mi paradero”.

La persecución se ha prolongado hasta el presente. Todo en vano: “Aunque me tiren el puente y también la pasarela me verás pasar el Ebro en mi barquito de vela”. Mi último libro, sobre la Quinta Columna se presenta el día 15 en Cartagena. Allí los espero.

La Memoria Histórica es una batalla ideológica. Milan Kundera señala que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.

En esta batalla ha sido fundamental la creación de las Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia, con las que he venido colaborando, empezando por la de Cartagena, a la que me une un vínculo especial.

Queda mucho por hacer. Hay que seguir reivindicando la memoria de las víctimas del franquismo y de la Transición. Denunciar la muerte de su memoria. El paradigma de la Transición, el mito de la reconciliación, el Modelo español de impunidad, la Ley de Amnistía del 77.

Una memoria amenazada por el avance del fascismo, por las querellas contra los historiadores, por la destrucción de las fuentes, por el acceso a los archivos, por la Ley de Secretos Oficiales. Por la equidistancia. Glosando a Gabriel Celaya: “Maldigo la historia concebida como un lujo cultural por los neutrales / Maldigo la historia de quien no toma partido hasta mancharse”.

Hay que barrer la sucia basura fascista que inunda las calles y las plazas que llevan nombres de asesinos luciendo medallas. Son la prolongación del terror franquista, la complicidad con el terror franquista. El Gobierno Regional es cómplice del terror franquista: ahí está el aeropuerto de Corvera dedicado a Juan de la Cierva. Los ayuntamientos son cómplices del terror franquista: el 80 por ciento incumple la Ley de Memoria Histórica. El Obispado es cómplice del terror franquista con la mención de Primo de Rivera en la Catedral

A la Universidad le cabe un papel nuclear. Hemos conseguido recuperar la memoria de los Rectores de la Guerra Civil: Laureano Sánchez Gallego y Manuel Pérez Xambó, que tendrán su espacio en la Galería de Rectores.

La Universidad debe reivindicar sus lugares de memoria, como el Claustro de Derecho, que fue hospital de las Brigadas Internacionales.

La Universidad debe crear un centro de estudios dedicado a la Memoria Histórica, como han hecho otras universidades, utilizando las cárceles de Murcia y Cartagena.

            La Universidad debe firmar convenios con los archivos, debe crear grupos de trabajo, debe crear plazas de becarios, debe incluir la Memoria Histórica en el diseño curricular del Grado de Historia, del Máster de Historia, del Doctorado de Historia. Puede contar conmigo.

Para terminar quiero decir a la Federación que hago míos los versos de Marisa Peña:

Mientras me quede voz

hablaré de los muertos

tan quietos, tan callados,

tan molestos.

Mientras me quede voz

hablaré de sus sueños,

de todas las traiciones,

de todos los silencios,

de los huesos sin nombre

esperando el regreso,

de su entrega absoluta

de su dolor de invierno.

Mientras me quede voz

no han de callar mis muertos

Verdad, Justicia y Reparación.

Nada más

Salud y República


Discurso de Pedro Mª Egea Bruno en el acto de entrega del Premio «Memoria Histórica de la Región de Murcia 2020»