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Leyendas del Pedregal de irimia


Cuentan las leyendas a cerca del nacimientos de Miño, que en aquellas tierras vivía una vieja hechicera llamada Irimia que se llevaba mal con los monjes del convento. Un día, mientras vigilaba su ganado fueron los monjes a cobrarle los impuestos que se negaba a pagar, y ella para defenderse comenzó a tirarles piedras para echarlos de sus fincas, por lo que los monjes decidieron quedarse con sus tierras ricas en fuentes para mantener a su ganado.

Lugo-Terra Chá


La hechicera les echó un conjuro y cubrió el manantial del Miño con piedras muy grandes hasta el fondo de sus propiedades, para que no pudiesen ir al agua. “Nunca podréis probar la primera agua de este río porque es miño”. Es por eso que el Pedregal le da el nombre al nacimiento del Miño, en el Pedregal de Irimia.

Otra habla de unos hombres pecadores convertidos en piedras y que aguardan la redención de sus almas con las aguas limpias que allí nacen.


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